San José de Cúcuta, 6 de junio de 2020.- Las ayudas a venezolanos en Colombia durante la pandemia, están llegando para aliviar las penurias de las familias mas vulnerables.
Las autoridades colombianas, conscientes del problema de hambre que sufren la mayoría de los hogares venezolanos en Colombia, procuran incluir en sus programas de ayuda a los venezolanos. Alcaldía y gobernaciones están desarrollando programas de ayuda humanitarias. Los hogares colombianos que pusieron trapos rojos, están recibiendo bolsas de comida en distintas regiones del Colombia; Y aunque en un primer momento los venezolanos se resignaron en silencio a que ellos no serían auxiliados, las ayudas están llegando.
Una difícil situación
La pandemia del Coronavirus puso contra la pared a muchas familias venezolanas en Colombia, que dependen del trabajo diario para subsistir. La imposibilidad de generar recursos para alimentos, pago de arriendo, y servicios, primero generó hambre en esos hogares humildes; y después causó el retorno a Venezuela de muchas de estas familias.
Si bien, la situación en Venezuela es considerablemente más difícil, los que ya no pudieron pagar arriendo tuvieron que emprender un doloroso y difícil regreso. En esa Odisea moderna, muchas de estas humildes familias venezolanas, han tenido que dormir a la intemperie; ya sea, porque realizaron el viaje a la frontera caminando, o porque tuvieron que esperar a que las autoridades fronterizas de Venezuela les permitan reingresar al país; Para luego cumplir cuarentena en un refugio, durmiendo en el suelo y comiendo muy mal.
Los que no estuvieron obligados a retornar, porque pudieron seguir pagando un alojamiento, vieron que el hambre «se les metió» a los hogares. Y entonces se vieron obligados a poner trapos «rojos rojitos», para indicar a las autoridades, que no tienen alimentos y necesita ayudas humanitarias.
Llegó la ayuda
Este sábado, el equipo de PDC pudo verificar de primera mano, esta labor humanitaria. Más de 150 familias de venezolanos en diferentes partes del área metropolitana de Cúcuta Colombia, recibieron ayudas bolsas de comidas. El trabajo en este caso, fue realizado por la fundación «Manitas amarillas», cuya coordinadora general en el Norte de Santander, se ocupó de verificar que cada familia recibiera la bolsa salvadora.
Algunas familias no esperaban la sorpresa, pues la fundación solo avisa a última hora, para no crearles expectativas; que muchas veces no se puede cumplir por falta de donativos.
Su coordinadora (quien prefiere que no mencionemos su nombre) nos explicó: «Evitamos crear expectativas en los que nos piden bolsas de comida, porque muchas veces no podemos cumplirles a todos. Aunque ayudamos a muchas familias altamente vulnerables, la verdad es que hay muchísimas más», explicó. Efectivamente, a cada sitio que llegábamos, se acercaban familias a preguntar si era posible ayudarles a ellos también.
Para todas esas familias solicitantes, la respuesta siempre era la misma: «Intentaremos ayudarle en una próxima oportunidad. Por favor contacta a nuestro equipo, para que verifiquen tus datos y los de tu núcleo familiar; y si aprueban ayuda para ustedes, les avisaremos».
«Este tipo de esfuerzo es muy emotivo. No solo por la alegría de quienes reciben la bolsa de alimentos, sino por la notable desesperación de quienes se acercan a pedirnos una. Por desgracia, no tenemos suficientes. Quisiéramos… Yo quisiera… tener más para ayudar a más personas, pero no es así. Nos explicó emocionada Carmen Vegas, colaboradora de la fundación en la región.
Una manitas de ayuda
Consultamos a la coordinadora general de Manitas Amarillas en Norte de Santander Colombia, y ella nos reveló que es difícil conseguir este tipo de ayudas para los venezolanos; debido a la gran demanda que tienen durante estos días de la Pandemia. «Es difícil, pero no imposible conseguir estas ayudas. Para conseguirlas, es clave visibilizar el problema. Y allí cumplen un rol fundamental los medios de comunicación».
El área metropolitana de Cúcuta en el Norte de Santander, tiene cerca de un 13% de la población total de venezolanos en Colombia. Solo la ciudad de Bogotá supera esa cifra por muy poco. Y al menos un 25% de estos venezolanos en Cúcuta, están en una situación de alta vulnerabilidad.
La vocera de la fundación explicó que se le da prioridad a las familias que están en alta vulnerabilidad. «No significa que las otras no necesiten alimentos, sino que las seleccionadas están en peor situación, y por eso les damos prioridad». Por último, la coordinadora de Manitas Amarillas en Norte de Santander, aprovechó para agradecer a los donantes, tanto de las instituciones públicas como privadas, e hizo un llamado general a no dejar de ayudar.
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