San José de Cúcuta, 27 de abril de 2020.- Asustados, deprimidos, con hambre, y pidiendo ayuda, están cerca del puente binacional Simón Bolivar, cientos de venezolanos que planean cruzar de Colombia a Venezuela. Se han desplazado a ese lugar, desde el interior de Colombia y otros países andinos, huyendo de la imposibilidad de poder pagar arriendo (alquileres), o comprar comida.
Las autoridades colombianas, les han ayudado a llegar a Cúcuta, desde sitios tan alejados como el puente internacional de Rumichaca, entre Colombia y Ecuador. De allí han llegado muchos, que vuelven desde Ecuador, otros de Perú, e incluso hay quienes vienen de Chile. En sus caras se nota la carga del periplo.
Los temores de un retornado venezolano
Entrevistarlos, para conocer la experiencia y preocupaciones que viven, fue tarea del equipo de PDC Colombia, este lunes: Una tarea nada sencilla, porque se niegan a hablar ante las cámaras, por temor a decir algo que las autoridades de Venezuela consideren molesto.
«Entiéndame, mano. Si yo digo lo que pienso, al pasar a Venezuela, estos tipos que ud ve a nuestro alrededor, nos van a señalar como enemigos del régimen», explicó con resignación Carlos, quien viene de Bogotá.
«Los tipos» a los que se refiere Carlos, son unos pocos cargadores de mercancías y trocheros, que los acechan en todo momento, buscando ser ellos quien les llevan los equipajes. Pese a la desconfianza de retornados como Carlos, esos cargadores y trocheros también son víctimas de la situación. Se han quedado sin empleo, y tiene que ingeniárselas para conseguir algo de ingreso para comida. Para colmo, el comedor de la Divina Providencia está cerrado por la cuarentena.
Carlos, nos contó que él y su esposa se vinieron de Bogotá, porque se le acabaron los ahorros. «Yo no estaba en un pagadiario, ni trabajaba en la calle. Mi esposa y yo teníamos empleos formales, en locales nocturnos. Pero hace una semana, esos locales se declararon en quiebra, y nos tocó venirnos, antes que nos quedáramos sin un peso», relató recordando.
Los retornados son bien diversos. Por la manera de hablar y expresarse, se puede distinguir que algunos son profesionales universitarios, otros humildes campesinos, y un gran número de ellos chamos de los barrios de alguna de las capitales venezolanas.
No hay como atenderlos en Venezuela
El régimen venezolano sigue teniendo problemas para manejar la llegada de los retornados. Muchos que ya habían pasado a Táchira (en Venezuela), se han regresado a Colombia por las Trochas, porque denuncian que “No hay donde ubicarlos, ni recursos para mantenerlos durante un aislamiento de 14 días”. Están volviendo a Colombia a pedir ayuda humanitaria.
Sobre este hecho, el régimen venezolano está afirmando que lo que ocurre es que las autoridades de Colombia no permiten el paso de los venezolanos a Venezuela. Las autoridades colombianas rechazan esa afirmación. «Si todos quieren pasar a Venezuela ahora mismo, nosotros no tenemos ningún problema en que lo hagan. El problema es que allá les están poniendo mil trabas, para complicarles el ingreso», explicó un funcionario de migración Colombia. «Ahora dicen que mañana martes es que harán un nuevo corredor humanitario, pero claramente lo que ocurre es que no tienen recursos para manejar la situación», concluyó el funcionario colombiano.
Mientras esperan el canal humanitario del lado venezolano, las autoridades de Colombia intentan aliviar las calamidades de los retornados, ofreciéndoles alimentos, bebidas, y constante seguridad de parte de la Policía. Los que esperan, piensan en las dificultades que sufrirán al pasar. Dificultades para conseguir albergue, alimentos, o un permiso para continuar viaje más allá de Táchira (a fin de cumplir la cuarentena en sus casas).
Al pasar, muchos retornados han huido de los sitios a donde los llevan las autoridades.
Testimonios de maltratos en Táchira
Los relatos de los que vuelven a Colombia, luego de pasar a Venezuela, son preocupantes.
«Yo pase con mis hijos hace una semana. Al pasar los llevaron obligados a una escuela. Allí nos pusieron a dormir en el piso. El agua no es potable, y hay que esperar que los colectivos nos lleven botellitas. La comida es terrible. Los vecinos a la escuela, no se nos acercaban por miedo. A unos muchachos los golpearon porque descubrieron que son opositores. A todos nos tratan de escuálidos. Algunos colectivos nos hacían burlas: ¿Vieron camaradas?, estos escuálidos volvieron con el rabo entre las piernas». Mientras narraban la experiencia, los otros retornados escuchaban con atención.
«Yo no se que hacer», me dijo un joven que viaja solo. «Al menos aquí, la gente de Acnur, nos trata bien, y la policía nos cuida. Pensar que al pasar a Venezuela, voy a estar sometido a los caprichos de los colectivos y el Eln, me hace pensarlo».
No hay mucho más que decir. Otros venezolanos que aseguran estuvieron ya en Táchira, corroboran el relato para los que aún están en Colombia, con más o menos los mismos detalles. Una pareja, afirmó que las trabas son una forma de forzar a los retornados, a que paguen por privilegios. «Si tú quieres seguir tu viaje de Táchira a otra región, tienes que pagarles. Y si no tienes para ese permiso de viaje, tienes que buscar dinero para aliviar la estadía en el sitio de la cuarentena», explicó la pareja.
Recordemos que hasta ahora, son aproximadamente unos 12.000 retornados venezolanos, los que se han movilizado hacia la frontera de Colombia con Venezuela, por no poder mantenerse en el país.
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