San José de Cúcuta, 24 de febrero de 2020.- Los habitantes del Catatumbo colombiano intentan mantener la normalidad en medio de la violencia de grupos armados que se disputan el control de esta rica región carbonífera, aurífera y petrolera.
El Catatumbo es una región trasfronteriza, mayormente en territorio colombiano, que se encuentra ubicada en el noreste del departamento de Norte de Santander. Se extiende de la Cordillera Oriental de Colombia, a el Lago de Maracaibo,. En Colombia esta región está conformada por 11 municipios: Ábrego, Convención, El Carmen, El Tarra, Hacarí, La Playa, Ocaña, San Calixto, Sardinata, Teorama y Tibú.
La riqueza mineral del subsuelo del Catatumbo, durante décadas la ha convertido en objeto de disputas entre grupos armados irregulares que quieren su control. La inestabilidad política, ha permitido además que sus fértiles suelos hayan sido aprovechados para cultivos ilícitos. Y su región fronteriza, es una zona permeable por donde se desarrolla el contramando entre Venezuela y Colombia.
La guerra eterna
La firma de los acuerdos de paz con la desmovilizada guerrilla de las FARC y las AUC, no resolvió los problemas en el Catatumbo colombiano. En esta región, en problema no era fundamentalmente político como en otras regiones de Colombia. A juicio de los propios pobladores de esta región; los grupos armados del Catatumbo colombiano operan motivados por el control económico del contrabando, explotación ilegal de minerales y cultivos ilícitos.
Recientemente, dos hechos han alterado la tensa calma en que tradicionalmente viven los catatumberos. La primera de ellas es la declaración de un paro armado por parte de grupos armados ideológicamente contrarios al gobierno del presidente Duque. Y por el otro, la lucha por el control de la zona fronteriza con Venezuela; donde el ejército del régimen de Maduro ha sido acusado de operar en conjunto con el principal grupo guerrillero colombiano (Eln).
El paro armado para los habitantes del Catatumbo, ha significado un aislamiento con otras regiones. De manera que desde hace más de 15 días, los catatumberos no han podido abastecerse de alimentos y medicinas. Los intentos por romper el paro mediante caravanas para abastecer la región se han visto frenados; por ataques en carreteras que terminan en asaltos masivos y la quema de vehículos.
Más soldados al Catatumbo
El ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo anunció la semana pasada; que asignará 360 nuevos soldados para el control de los corredores estratégicos del narcotráfico en Norte de Santander. Señaló que los efectivos patrullaran las vías Cúcuta, Ocaña y Convención, incluido el problemático corregimiento de Guaramito. Pese ese esfuerzo, líderes campesinos manifiestan desacuerdo con esa estrategia; pues a juicio de ellos, la solución no es aumentar la seguridad, sino negociar con los grupos irregulares.
En paralelo con la estrategia de reforzamiento militar del gobierno colombiano; alcaldes, concejales, organizaciones de derechos humanos y las iglesias, hacen esfuerzos apartes para alcanzar una solución o paliativo al problema.
Para otros especialistas en el tema, el problema del Catatumbo es irresoluble; porque realmente no hay un bando en conflicto, ni mucho menos hay disposición real de renunciar a las armas. «El problema no es político ni ideológico, sino estrictamente económico» dice Ramón; un habitante de la región que aceptó hablar al equipo de Punto de Corte manteniendo el anonimato). «Ninguno de los grupos armados que se hacen llamar guerrilleros o paramilitares, actúan por razones ideológicas o políticas; sino por el control económico de la región» sentencia. «Es una inocentada creer que alguno de estos grupos va a dejar voluntariamente las armas que le permiten controlar un negocio multimillonario».
«Varias veces nos han dicho que el paro armado finalizó; pero cuando intentamos salir a las carreteras rumbo a otras regiones para abastecernos de alimentos, o medicinas, nos encontramos bloqueos de algún grupo armado. El caos es el único que controla la región».
Otros buscan diálogo
En contraste con este analista, habitante local que vive día a día la grave situación descrita, otros apuestan activamente por una solución pacífica. La semana pasada, cientos de pobladores marcharon por las principales calles de Ábrego, Teorama y San Calixto; exigiendo a los grupos en disputa, el derecho ciudadano a vivir en paz. El viernes pasado se realizó una actividad similar en Tibú, Convención, La Playa de Belén.
Presionado por los hechos, el próximo 10 de marzo, el ministerio de la Defensa realizará un Consejo de Seguridad; en el municipio de Ocaña, para acordar acciones. Pero mientras llega la fecha, continúa la guerra entre todos los bandos en conflicto; y poca confianza inspira en los pobladores un comunicado del grupo irregular Epl; que asegura no seguirá luchando contra el Eln; que a su vez continua su guerra por arrebatar el control a los llamados paramilitares.
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