Mucha gente es aficionada a coleccionar imanes decorativos en la nevera ya que son bonitos y son una forma estupenda de conservar los recuerdos de los viajes y diversos momentos agradables. Pero si el electrodoméstico empieza a funcionar mal, surge la duda: ¿quizás sean los imanes la causa del fallo?
Los imanes son inofensivos en su mayoría, pero todo depende de su potencia, explica Mijailovski.
«Si hablamos de imanes de nevera convencionales que se fabrican de ferrita, crean un campo magnético bastante débil. Sin embargo, ahora se puede comprar otro tipo de imanes, de neodimio, hierro y boro, que son lo suficientemente potentes como para afectar los equipos electrónicos. En estos casos es mejor utilizar imanes de ferrita».
Si queremos colocar unos imanes sobre un ordenador, hay que tener en cuenta algunas cosas. Los discos duros en el ordenador a veces utilizan los principios de la grabación magnética. Son los más baratos del mercado, por lo que casi todo el mundo los tiene. Un magneto potente con su campo puede desmagnetizar el disco, así que hay que tener cuidado y no colgar imanes al lado de él. Aunque esto solo se aplica a los imanes fuertes, destaca el especialista.
Las personas que tienen algunos dispositivos médicos en su cuerpo, como estimuladores cardíacos, también deben tener cuidado con los imanes potentes.
«En cualquier caso, si por alguna razón hay en nuestro cuerpo algo que contenga hierro, no debemos acercar los imanes a esta parte, al menos mecánicamente puede causar atracción o repulsión, lo que no es muy bueno. Esto se aplica, por ejemplo, a las personas con marcapasos», expresa el científico.
Sin embargo, el campo magnético disminuye muy rápidamente con la distancia. Para que un imán nos afecte de alguna manera, tenemos que tocarlo, y a una distancia de 10 centímetros ya no habrá interacción, resume.
(Sputnik)
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