En unos puntos de la ciudad mandaba el caos vehicular y en otros la soledad.
Durante la actividad realizada por el gremio de taxistas en Cúcuta, los ciudadanos de a pie se quejaron por los percances que causaron estragos en la economía popular.
Cientos de negocios cerrados, calles desoladas y problemas para transportarse fue el panorama vivido en la capital de Norte de Santander a causa del bloqueo que hicieron los conductores de taxis el día de ayer en diferentes puntos de la ciudad motilona, a causa de eso, los cucuteños condenaron la protesta como un acto injustificado de la mancha amarilla.
Con aseveraciones como el alto costo de las carreras, y que al pueblo no beneficia en nada la protesta de los choferes, se escuchaba la gente en las apaciguadas vías de Cúcuta mientras esperaban por horas un bus que nunca pasaba, aún no se tiene una cifra exacta de las perdidas en ganancias; sin embargo, se estima que son millonarias sumas de dinero.
Fueron muchos los empleados de la salud que tuvieron que hacer peripecias para llegar a los centros médicos, largas las colas de motorizados para pasar por trochas improvisadas cerca de los puntos trancados, sin mencionar la cantidad de vendedores informales que no vendieron nada, pero tuvieron que pagar el paga diario, “porque esos no esperan” como dijo a EL VOCERO PRENSA uno de los buhoneros afectados.
Entre tanto, sobre las dos de la tarde el alcalde de la ciudad y los manifestantes llegaron a un acuerdo en el que los carros particulares comenzaran a someterse a un nuevo pico y placa para que los taxistas hagan más carreras.
Nace entonces una pregunta colectiva ¿Quién gana con este toche paro?
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