Por 1873 en Barbastro España nació la congregación de Las Hermanitas de los Ancianos Desamparados (HAD) bajo la tutela del sacerdote español Saturnino López Novoa y la religiosa Teresa de Jesús Jornet e Ibars, hoy están celebrando 150 años con muchas carencias pero al servicio de los abuelos necesitados.
A principios del siglo XX en Cúcuta se comenzó a vivir una situación crítica por la cantidad de ancianos desprotegidos deambulando en las calles de la ciudad pidiendo limosnas o alimentos, por lo que un grupo de honorables miembros de la sociedad Cucuteña de aquel entonces se dio a la tarea de solicitar un espacio apto para los viejitos donde se les pudiese atender dignamente.
Transcurrido un tiempo sin lograr la instalación de un refugio para estos ancianos, Doña Eva Briceño, una aristócrata de buen corazón donó una pequeña propiedad donde las Hermanitas de los Ancianos Desamparados en 1935 instalaron el hogar de ancianos hoy llamado Rudesindo Soto en agradecimiento por la protección que él y su esposa doña Amelia Meoz, dieron al asilo en su fundación.
Luego de 88 años recibiendo y ayudando a los ancianos más necesitados, se levanta un bello edificio de amplios pasillos por donde se pasean con calma y sin afán los arrugados recuerdos de aquellos que un día dieron todo y hoy no tienen nada.
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